En estos últimos meses, una nueva realidad empezó a surgir, el riesgo de salir a las calles o de interactuar en entornos cerrados impulsó a las empresas y a sus colaboradores a adaptarse a nuevas metodologías de trabajo, como el teletrabajo, que ganó una popularidad del 91%. De estar 8 horas diarias en una oficina, tuvieron que pasar a laborar desde la comodidad de sus casas, lo cual representó ciertos beneficios, como la flexibilidad horaria y de lugar, pero también algunos inconvenientes, como la afectación en la salud de los empleados y la posible disminución de la productividad.
Los retos que han surgido en torno al trabajo remoto demuestran que es necesario seguir buscando alternativas que beneficien a todos los miembros internos y externos de una organización. Uno de estos retos es la salud física y mental ocasionada por encierro y falta de interacción, pues se estima que el 41% de los empleados que teletrabajan presentan niveles más altos de estrés que quienes operan desde la oficina. ¿Entonces la solución sería retornar por completo a la presencialidad? Y si un 75% de los teletrabajadores sienten que mejoran su conciliación personal y profesional, debido a la flexibilidad que desencadena esta metodología, ¿entonces lo mejor es quedarnos trabajando a distancia?
Existen pros y contras en ambas alternativas, pero ninguna es lo suficientemente buena. En el primer caso, ¿qué pasaría con los peligros externos a los que los empleados son vulnerables? Y en el segundo, ¿qué ocurriría con los riesgos internos? Se necesita una opción que nivele ambos aspectos, que incluya factores mixtos, que derive en un trabajo híbrido.
Los retos que han surgido en torno al trabajo remoto demuestran que es necesario seguir buscando alternativas que beneficien a todos los miembros internos y externos de una organización. Uno de estos retos es la salud física y mental ocasionada por encierro y falta de interacción, pues se estima que el 41% de los empleados que teletrabajan presentan niveles más altos de estrés que quienes operan desde la oficina. ¿Entonces la solución sería retornar por completo a la presencialidad? Y si un 75% de los teletrabajadores sienten que mejoran su conciliación personal y profesional, debido a la flexibilidad que desencadena esta metodología, ¿entonces lo mejor es quedarnos trabajando a distancia?
Existen pros y contras en ambas alternativas, pero ninguna es lo suficientemente buena. En el primer caso, ¿qué pasaría con los peligros externos a los que los empleados son vulnerables? Y en el segundo, ¿qué ocurriría con los riesgos internos? Se necesita una opción que nivele ambos aspectos, que incluya factores mixtos, que derive en un trabajo híbrido.
Hoy más que nunca es importante tener estrategias de atracción y retención de talento, pues cerca del 40% de la fuerza laboral global está considerando dejar su empleo actual este año. Una de estas es el trabajo híbrido. No a todos los trabajadores les gusta tener que ir a diario a una oficina, tanto así que el 70% quieren opciones flexibles de trabajo remoto y el 66% de los tomadores de decisiones de las empresas están considerando rediseñar sus espacios físicos para acomodar mejores esquemas, en los que los colaboradores se sentirían a gusto.
El 37% de los teletrabajadores se sienten presionados, pues tienen en mente que sus empresas están esperando mucho de ellos en estos momentos, así que cerca del 20% han dejado de preocuparse por tener un balance de su vida personal y profesional. En un principio, separar los espacios es sencillo, pero con el tiempo, esto se vuelve cada vez más difícil, y el hecho de estar conectados a temas laborales constantemente puede comenzar desestabilizar al colaborador. Incluso el tiempo de las reuniones por videollamadas han llegado a ser 10 minutos más largas. Asimismo, al no tener contacto personal con otros colegas, se genera una ruptura en la formación cultural de la compañía.
Por eso es importante adoptar un modelo de espacio de trabajo híbrido, en el que los empleados tengan la libertad de escoger dónde y cuándo realizar sus labores diarias, dividiendo su tiempo entre trabajar desde casa o en la oficina central. Su funcionamiento depende de la empresa, este podría ser casi completamente remoto, con empleados que se junten para asistir a reuniones en la oficina, o casi todo presencial, con solo un pequeño grupo de empleados o equipos que trabajen de manera remota.
Sin importar la metodología de la compañía, el objetivo siempre será equilibrar las necesidades individuales de cada empleado con su capacidad de colaborar y ser productivo en un espacio de trabajo compartido. Al cual se puede llegar integrando soluciones eficientes con las que tus colaboradores podrán reservar espacios en las instalaciones de tu empresa, como enFila, una herramienta tecnológica que te permitirá almacenar los planos de tu empresa en formato de imágenes digitales, para que reabras las puertas de tu empresa con un aforo controlado.
Fuente: El trabajo híbrido: el futuro de las oficinas (krugercorp.com)