La descripción de un producto se realiza con estos 5 elementos:
1. Precio: poner un precio a un servicio o producto debería ser algo completamente normal.
2. Cantidad: cada precio tiene que estar en relación con una cantidad. En el supermercado pagamos por unidad o por peso del producto. Si se ofrece un servicio se puede tratar p.ej. de horas incluidas con la contratación.
3. Nivel de calidad: un servicio contratado tiene que estar funcionando correctamente en el 99% del tiempo de uso. En el uso de productos se expresa con la garantía de 2 o más años.
4. Funcionalidad: en una parte que contiene más textos hay que explicar lo que hace el producto o servicio. Lo más sencillo es hablar de funcionalidades desde las más globales como “lavar ropa” para una lavadora o “secar pelo” para un secador y luego detallando con las subfuncionalidades.
5. Proceso de contratación y requerimientos: si quieres comprar alcohol en un supermercado tienes que mostrar que tienes más de 18 años. Si compras un software te indica los sistemas operativos compatibles. En una formación hay que indicar los conocimientos previos para participar en cada curso.
Describir un producto o servicio puede parecer una tarea sencilla. La cosa cambia cuando realmente te pones con ello y dudas sobre los elementos que debe incluir y los que no.
¿Para qué sirve hacer una buena descripción de productos online?
Una buena descripción de producto no solo destaca el funcionamiento y características de un producto. Es capaz de transmitir la voz y el valor de la empresa, entusiasma al consumidor
Características en común de las mejores descripciones de producto
- Son sencillas de leer. No hay frases o palabras rebuscadas, ya que lo importante es que las personas capten rápidamente los aspectos clave, como materiales, tallas, colores, cuidados recomendados y usos óptimos.
- Se apoyan con imágenes de buena calidad. Que pueden ampliarse a detalle y que intentan mostrar de manera fiel cómo luce el producto.
- Resaltan los aspectos que los consumidores buscan. Las marcas saben qué es lo que buscan sus buyer personas, así que se aseguran de brindarles la información que les atrae, ya sea el precio, el origen de los materiales o el tamaño.
- Permiten comparar el producto con otros parecidos. Si la marca tiene varios modelos de un solo producto (como pasa con las computadoras, teléfonos inteligentes o ropa), es buena idea que muestre todas las posibilidades. Eso le da oportunidad a la gente para conocer las diferencias, aunque sean solo de color, que les ayude a encontrar la opción perfecta.
- Le dan peso a los beneficios del producto. La forma en que un artículo resuelve los problemas típicos o puntos de dolor de sus clientes es lo que más se agradece. Agrega el valor que convierte a cualquier producto en una inversión inteligente, además de que se crean expectativas realistas sobre su uso. Por eso es buena idea evitar sobrevender o maquillar una función con palabras ambiguas; es mejor ser directo y hablar de lo que ya está comprobado que tu producto logra.