¿Qué es Six Sigma?
Six Sigma es una metodología de mejora de procesos que ayuda a las organizaciones a perfeccionar sus procesos de negocios. Six Sigma se aplica, fundamentalmente, para establecer la uniformidad en los procesos a fin de reducir la cantidad de variaciones del producto final. En definitiva, con este método se minimizan los defectos de un producto.
La principal filosofía de Six Sigma indica que todos los procesos se pueden definir, medir, analizar, mejorar y controlar . Según Six Sigma, en todos los procesos debe haber entradas y salidas. Las entradas son acciones que el equipo lleva a cabo y las salidas son los efectos de esas acciones. La idea central es que si puedes controlar la mayor cantidad de entradas (o acciones) como sea posible, también controlarás sus salidas.
Six Sigma se usa en fabricación y en producción porque el proceso ayuda a evitar que se produzcan defectos. Sin embargo, esta metodología también se puede utilizar en el sector de las prestaciones de servicios y con equipos dedicados a la ingeniería de software.
Los 5 principios clave de Six Sigma
La metodología Six Sigma tiene 5 principios clave que puedes aplicar cuando analices tus procesos.
1. Poner el foco en el cliente
En Six Sigma, el objetivo es garantizar que puedes brindar a los clientes el mayor valor posible. Es decir, tu equipo debería dedicar mucho tiempo a identificar quiénes son tus clientes, cuáles son sus necesidades y qué los motiva a comprar productos. Al identificar lo que el cliente quiere y necesita, el equipo puede entender mejor cómo retenerlo y hacer que vuelva constantemente al producto.
Para lograrlo, el equipo debe entender cuál es la calidad del producto que tus clientes consideran aceptable, a fin de poder cumplir o, incluso, exceder sus expectativas. Una vez que conozcas ese nivel de calidad, podrás utilizarlo como punto de referencia para la producción.
2. Usar los datos para detectar dónde se produce la variación
Detalla todos los pasos del proceso de producción actual. Una vez que lo hayas hecho, analiza y reúne los datos de ese proceso para ver si hay áreas que se puedan optimizar o que estén provocando cuellos de botella en el flujo de trabajo. Por ejemplo, evalúa cómo compartes la información con el equipo. ¿Todos reciben la misma información o hay documentos de referencia que están desactualizados? Al establecer un lugar central para toda la información pertinente del proyecto, se minimiza la cantidad de tiempo dedicado a buscar los documentos correctos.
A veces, puede resultar complicado decidir cuáles son las métricas que conviene analizar. Una manera muy simple de descubrirlo es con el trabajo en retrospectiva. Identifica un objetivo que quieres alcanzar y determina los trabajos a partir de allí hacia atrás. Por ejemplo, si el objetivo es reducir el tiempo de producción, analiza cuánto tiempo toma cada paso de ese proceso.
3. Mejorar los procesos continuamente
Mientras observas tus procesos de producción, piensa en los pasos que no aportan valor al equipo o a los clientes finales. Usa herramientas como los mapas de flujo de valor para identificar cómo puedes perfeccionar los procesos y reducir la cantidad de cuellos de botella.
La idea de hacer pequeñas mejoras a los procesos a lo largo del tiempo se conoce como Kaizen o mejora continua. La filosofía detrás de la mejora continua indica que si haces pequeños cambios durante un período prolongado, a la larga se transformarán en grandes cambios positivos.
4. Incluir a todos
Six Sigma es una metodología que ofrece la misma posibilidad de contribuir a todos los integrantes de un equipo. Pero todos deben recibir capacitación en procesos Six Sigma, para disminuir los riesgos de crear más obstáculos en vez de eliminarlos.
Six Sigma funciona particularmente bien cuando se trabaja con equipos interdisciplinarios, porque brinda una visión integral de cómo un mismo proceso puede afectar a las distintas partes del negocio. Cuando incluyes representantes de todos los equipos que participan en el proceso, ofreces a cada uno los detalles de las mejoras y el impacto que esos cambios pueden tener en sus equipos.
5. Garantizar un ambiente flexible y receptivo
Six Sigma se centra en crear cambios positivos para los clientes. Significa que debes buscar continuamente formas de mejorar los procesos, y el equipo entero debe ser siempre flexible para poder dar un giro, cuando sea necesario, siempre sin demasiados inconvenientes.
También significa que los procesos deben ser fácilmente intercambiables. Una forma sencilla de lograrlo es separando los procesos en pasos. Si hay un problema con uno solo de los pasos, entonces, solamente habrá que arreglar ese paso y no el proceso completo.
FUENTE : https://asana.com/es/resources/six-sigma